Entre Duendes Y Ratones by Patricia Bossano

Entre Duendes Y Ratones by Patricia Bossano

autor:Patricia Bossano [Bossano, Patricia]
La lengua: spa
Format: epub
editor: WaterBearer Press
publicado: 2021-10-13T09:10:24+00:00


Pero yo estaba decidido a echarla de mi lado y, aunque sabía que apreciaría su buen gesto más tarde, le dije:

—No necesito tu compañía y tampoco necesito tu ayuda.

Y ahí está, eso fue lo que le dije, aunque para mis adentros deseaba que no se le ocurriera llevarse las migajas de pan porque, después de todo, estaba muerto de hambre y, desde que había empezado a vagar por las calles, se me hacía muy difícil encontrar comida.

—Yo vivo allá, debajo de las escaleras de la ferretería —indicó amablemente e insistió—. Me llamo Clara y me gustaría mucho jugar contigo, digo, si tú quieres…

Hay cada persona —digo, ratones— que simplemente no entienden. Cuando alguien quiere estar solo, es porque quiere estar solo. Además, era más que seguro que querría algo a cambio. ¿Quién hace las cosas solo por el placer de hacerlas? ¡Nadie!

En todo caso, me comí el pan porque era preferible que me lo comiera yo a que vinieran los pájaros y se atragantaran con mi merienda. Claro que antes de comérmelo, me aseguré de que Clara no me estuviera observando, para evitar así una situación vergonzosa para mí.

Pasé esa noche en la calle, solo y con frío. Desde donde me acurrucaba, debajo de un basurero, podía ver las escaleras de la ferretería e, imaginando sentir el calor de la lucecita que brillaba adentro, me preguntaba sin querer qué hacía Clara.

Logré dormir, no sé cómo, porque hay miles de ruidos extraños en las calles oscuras. Pero la mañana llegó y yo le di la bienvenida a los tibios rayos del sol. Me sentía un poco mejor.

—¡Buenos días! —me llegó el parloteo risueño de Clara.

—Te traje algo para desayunar.

—Gracias —murmuré contento por su insistencia, pero preguntándome todavía si Clara buscaba algo a cambio de sus atenciones o si tal vez quería que le pidiese disculpas por mi comportamiento de la noche anterior. Obviamente, no le iba a ofrecer mis disculpas, pero, de todos modos, sus intenciones me preocupaban.

—Si no tienes a dónde ir, puedes venir a quedarte con nosotros —sugirió cuidadosamente y luego agregó como si fuese un detalle completamente normal—. Mi mamá dijo que le parecía bien.

Ante mi silencio, Clara se dio la vuelta y emprendió su regreso a casa con la intención de dejarme solo como se lo había pedido la noche anterior. No pude evitar sentir una punzada de preocupación ante la idea de que no intentara acercarse más y, por lo tanto, me apresuré a decir:

—Este…, Clara…, lo voy a pensar, ¿sí? —le dije tratando de disfrazar mi tono de voz con más amabilidad y menos inquietud.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.